Para pisar la alfombra roja, según un informe de New York Post, una actriz conocida puede gastar hasta 40.000 dólares. Pero si se trata de los Oscar, la cifra asciende bastante. Por ejemplo, si necesita un ajuste del vestido (la mayoría son prestados), deberá desembolsar unos 2.000 dólares más por vuelos y hoteles. Las joyas que usarán esa noche, por ejemplo, tienen que viajar en camiones blindados, con guardias de seguridad, a un costo que ronda los 20.000 dólares. Así las cosas, por el gasto y por los millones de espectadores que estarán atentos a los mínimos detalles de sus looks, cada una de las celebrities desean deslumbrar y quedar bien paradas en la entrada del Dolby Theatre de Hollywood. Pero eso no siempre sucede...
Se dice que el nuevo miedo sobre el tapete carmesí es convertirse en un meme y ser reproducido en cuanta red social existe. Eso fue lo que pasó anoche con una de las primeras figuras en pisar esos más de 100 metros color carmesí de los premios Oscar: Alicia Vikander fue motivo de burla por su abuchonado vestido amarillo de Louis Vuitton, que fue comparado con el del personaje de Disney, Bella (de “La Bella y la Bestia”). De todas formas, se llevó una estatuilla dorada a su casa. El vestido de la ex modelo Heidi Klum también fue blanco de críticas: el diseño de Marchesa fue comparado con el de una cortina de living.
Quizás por el pudor al ridículo, algunas actrices eligieron optar por lo seguro: con cortes y colores que les quedan a la perfección. En ese grupo se ubican la australiana Naomi Whats, que usó un Armani Privé, recto y strapless (un modelo muy común en sus looks); Rooney Mara, con un sobrio Givenchy; y Jennifer Garner, de negro, con un hombro y firmado por Versace.
En la vereda de enfrente, deslumbrantes, Charlize Theron y Jennifer Lawrence no decepcionaron en la red carpet. Theron eligió un color recurrente y favorecedor (rojo), diseñado por Dior. Y con ese vestido, la sudafricana se anotó en una tendencia de este año: los escotes pronunciados (Olivia Wilde encabezó el top five de escotes de vértigo). Lawrence, la última en llegar a la gran fiesta del cine, también eligió a Dior (es la imagen de la marca francesa) y esta vez se vistió más sensual que en otras alfombras rojas.
Amar u odiar. Entre esos dos sentimientos se debatieron los looks de Cate Blanchett (vestido con flores de Armani Privé) y Brie Larson (vestido azul klein, con cinturón y volados).
Con una flor roja en el cuello y unos sleppers bordados, Jared Leto (acompañado por Alessandro Michele, director creativo de Gucci) fue uno de los pocos hombres que rompió con el clasicismo típico de las estrellas masculinas. Sylvester Stallone (con un elegante smoking azul y negro) y Pharrell Williams (con el pantalón arremangado y el pelo rubio) también salieron -aunque sea un poco- de lo esperado.